22 de noviembre de 2015

Islas de luz


luz


Hay días que amanecen grises y extraños, una densa niebla invisible flota en el ambiente encogiendo la silueta de los caminantes. Pareciera que las sendas tan claras de ayer se hubieran desdibujado hoy. Pareciera que una mano misteriosa cubriera los ojos del alma y fuéramos dando tumbos, confundidos y perdidos inmersos en una marea oscura. Hay días en los que la luz se ve opacada y un velo extraño cubre los corazones de los seres de este planeta, haciendo que algunos pierdan la razón y otros el alma.
En esos mismos días grises y extraños, hay seres que van más allá de la densa niebla, y con una chispa de amor y alegría, abren grandes claros de azul en el cielo de nuestras vidas. Tienen el don de amansar mareas caóticas y devolverles la templanza de las aguas tranquilas. Son islas de luz en medio de un océano tempestuoso que susurran dulces melodías a los corazones adormecidos   y cansados de deambular de un lado a otro, sin otro horizonte que un mundo vacío . Entretejen vestidos de conocimiento para aquellos que se desnudaron de sus viejos ropajes y alimentan el espíritu de los que despertaron del letargo. Son estrellas muy luminosas que sobresalen a la oscuridad de la noche,  emanando destellos de sabiduría. Construyen puentes entre lo visible e invisible, rescatando a otras estrellas que se perdieron en la noche de los tiempos, y extienden sus manos a quienes estén dispuestos a transformar sus entrañas.

11 de noviembre de 2015

Te coloqué en el pedestal de mi vida


Pedestal

Te coloqué en el pedestal de mi vida pero hoy ese pedestal se ha caido y se ha roto en pedacitos. Te coloqué en lo más alto de mi, te seguí y te admiré, fuiste mi referencia durante mucho tiempo. Pero hoy, he abierto el abanico de mi experiencia y he visto más allá de lo que nunca pude ver. Hoy, veo tus sombras más claras que nunca, tus miedos escondidos bajo mil sonrisas y tus dudas entre las nieblas de tus decisiones.Te coloqué muy arriba sin darme cuenta que lo que deslumbró mi corazón estaba oculto en mi y, que ahora, lo veo y lo reconozco gracias a ti. Recogeré los trozos rotos, y soplaré para que el viento se los lleve allí donde el alma vuela libre y tranquilo, allí donde no existen pedestales ni temores, para que un suspiro de aire me traiga de vuelta el brillo de tus ojos y el aroma de las rosas de tu jardín que tanta belleza han dado a mi vida. Gracias por estar siempre y ser el aire fresco que enternece mi alma.