En
esta sociedad en la que vivimos consideramos que “normal” es lo
“aceptable” por más que vaya en contra de nuestra propia
naturaleza. De hecho consideramos “normal” llevar una vida
“rastrera” en todos los sentidos de la palabra. Nos hemos
acostumbrado a ocultar nuestro propio vacío existencial con un
montón de frustraciones, charlatanería banal, entretenimientos
mentales...... y un largo etc. con tal de no mirarnos a nosotros
mismos y tener el valor de ser coherentes y auténticos con lo que
pensamos y sentimos. Y de tanto fingir se nos ha olvidado quienes
somos. Pero ¿porque fingimos? ?Porque tenemos tanto miedo a Ser y
a Aceptarnos como somos? ¿Tanta confianza y autoestima nos falta
que preferimos funcionar con una careta de “aquí no pasa nada”?.
Necesitamos
rescatar el lugar que nos corresponde sin perder la perspectiva ante
un mundo revuelto. Necesitamos recuperar la capacidad de mirar
nuestro “interior” como único camino para recomponer el
“exterior”, porque no tiene sentido exigir respeto a los demás
mientras no nos respetemos a nosotros mismos. Necesitamos recuperar
la magia y el brillo que tiene la vida por si misma, de forma que nos
atrevamos a desplegar toda nuestra grandeza y potencial que llevamos
dentro, quitar capas a la cebolla hasta que quede lo esencial, (como
decía el Principio; lo Esencial es invisible para los ojos).
Tenemos que aprender a escuchar nuestra voz interior, todo lo demás
es ruido que hacemos para no enfrentarnos a nosotros mismos.
El
miedo es como una garrapata que queda anclada en nuestro interior y
que nos envenena y nos intoxica hasta el punto de no saber quienes
somos. Es la más sólida de todas las energías y el miedo a perder
su “buque insignia”.
Tenemos
pánico a perder personas y situaciones, sentimos el apego como una
cadena de hierro que nos sujeta y nos vuelve locos de celos,
envidias, rabias. Sentimos tanta angustia en el pecho por todo el
sufrimiento de tanta vidas que se resumen en ésta agolpándose como
si fueran un amasijo de hierro fundido implorando la libertad.
Como
dijo alguien: “No dejes que el ruido ahogue tu voz interior.
Ella sabe lo que quiere Ser”
Cuando decimos: 'quitar capas a la cebolla hasta que quede lo esencial', eso se puede convertir en una trampa. Pues a la cebolla se le pueden hacer infinitas sus capas. Es decir el pensamiento, el ego, el 'yo', para seguir siendo, puede inventar capas y capas sin fin.
ResponderEliminar¿Qué es lo esencial? Lo que no participa de la división, sino que es la unión con la totalidad de la vida.
ResponderEliminarHola Toni,
ResponderEliminarCon quitar capas quiero decir hacernos responsables de nuestra vida en todas sus facetas, asumir quien somos y qué hemos venido a hacer aquí. Queramos o no somos conciencia infinita pero se nos olvidó.