Que
yo sepa, todas las religiones están dirigidas por hombres con una
muy alta dosis de misoginia y machismo, por lo que una mujer no puede
ser libre bajo una religión. De hecho, sea cual sea su origen, ha
sido y es el arma perfecta para mantenernos controladas y sometidas, como si pretendieran eliminar de la faz de la tierra el inmenso poder de la Femenidad convertiéndonos en simples objetos manipulables.
A
lo largo de los siglos, las religiones han destruido las
capacidades y el poder de las mujeres, nos han dominado y torturado
en nombre de dios. En
la Edad Media el cristianismo se vio enfrentado a miles de mujeres
que eran mucho más sabias que curas, obispos, cardenales y hasta el
mismísimo Papa. Ellas tenían la capacidad de transformar la vida de
las personas a través del amor y de la energía sexual. Conocían
los poderes curativos de las piedras, hierbas medicinales, botánica,
etc. Ya conocemos el desenlace: fueron expropiadas de todo
conocimiento y acusadas de brujas, acabando muchas de ellas en la
hoguera.
Hoy,
en el siglo XXI las desigualdades se siguen dando en cualquier ámbito
religioso, seguimos estando por debajo de los hombres y la violencia
es palpable en algunos de ellos. Entre los musulmanes va desde la
castración del clítoris hasta la muerte y desde el velo al burka.
En el Hinduismo, las mujeres son maltratadas y asesinadas por
maridos, padres, hermanos....etc Aunque es una sociedad politeista
con deidades femeninas en la práctica no se las tienen en cuenta.
En
resumen, sumisión y esclavitud, otra vez, en nombre de dios...!!
Dentro
de cada una de nosotras adormece una fuerza poderosa llena de
sabiduría y creatividad. Tenemos
que recuperar la esencia femenina instintiva que no es otra cosa que
la Parte Integra o la Naturaleza Sabia de cada una de nosotras.
Como
dice Clarissa Pinkola en su libro Mujeres que corren con los lobos:
una mujer se parece mucho a una loba; robusta, colmada, tan poderosa
como la fuerza vital, dadora de vida, consciente de su propio
territorio, ingeniosa, leal y en constante movimiento.
Es
hora de despertarnos, de asumir nuestras propias responsabilidades y
de vivir desde las “tripas” como lo haría una loba.
Romper
patrones es siempre díficil, muy dificil pero es de vital
importancia que la sociedad se plantee estos cambios, no podemos
seguir estando supeditadas a machistas y misoginos en ningún ambito
de la vida.
Estoy de acuerdo, siempre y cuando no caigamos en el error de juzgar el todo por la parte. Amor y perdón
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Como mujeres podemos hacer grandes cambios pues tenemos la capacidad de transmutar desde el interior. Para mi, la clave es el amor y la no identificación pero todavía tenemos un largo camino por delante.
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