17 de febrero de 2016

Un mágico viaje


árbol

Me regalaste un vestido del color del cielo, luminoso y brillante para pasearme por los países secretos, más allá del alma. De tu mano me llevaste, alegre y serena, por magníficos lugares  donde no existían las sombras. El sol lo inundaba todo y la naturaleza era una explosión de exuberancia. Flores de mil colores y  tamaños, adornaban mis ojos y perfumaban mis sentidos, mis oídos fueron acariciados por la suave brisa que acunaba  los frondosos y radiantes árboles. Los ríos y las cascadas eran de agua pura y cristalina, su  sonido era una hermosa melodía que me conectaba con el fluir de la vida. Me llevaste por lejanos y extraños países de inimaginable belleza y aunque mi mente no entendió nada de lo que se me mostraba, supe que todo es conciencia y no hay fronteras.  Un mágico viaje para descubrir  que tanta belleza  que mi mente casi no podía procesarla, estaba dentro de mí,  que siempre lo estuvo y siempre lo estará. Tantos parajes por contemplar,   tanta belleza por sentir,  tantos lugares escondidos  en nuestra alma que esperan a que quitemos las telarañas del olvido y nos atrevamos a experimentar que somos eternos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario