7 de septiembre de 2015

El cuerpo es la morada del alma

Una voz me susurra al oído: 
“El cuerpo es la morada del alma, hay que cuidarlo como si de un tesoro fuera”.  
Si...si, estoy muy de acuerdo, ¡¡pero es que el mio me da tanto trabajo......!!
El camino de la sanación se hace difícil y pesado. ¡Sería tan fácil tomar algo, o quitar éste o aquel órgano y dejar en manos de los médicos toda responsabilidad! ....Pero a estas alturas de la vida esto no tiene ningún sentido.
Cuando enfermamos sentimos miedo, y si es una enfermedad grave el miedo es a la muerte. El mundo se nos viene encima, no sabemos qué hacer, ni donde ir, estamos desorientados y perdidos, lo único que queremos es curarnos como sea. Estamos tan ciegos que no vemos que es una oportunidad para crecer, para tomar consciencia de quienes somos. Algunas personas, antes de enfermar perdieron toda esperanza y sus vidas ya no tenían sentido, simplemente se dejaban vivir sin ilusión, como quien mira desde la ventana sin poder participar. Como resultado final llegó la enfermedad para hacerles reaccionar.
Se necesita mucha paciencia y mucho amor para trabajar desde el lado del compromiso hacia uno mismo. Para curarse hay que mirarse dentro y comprender que nuestro cuerpo es un universo y nada esta separado de nada. No se puede tratar la enfermedad como una separación, no tiene sentido.
También a mi me ha tocado. He encontrando muchas resistencias dentro de mi. A veces es difícil mirar de frente y aceptarlas, en otras ocasiones me siento vulnerable a situaciones externas que me limitan y me impiden fluir. Los patrones que están insertados en mi disco duro son tan eficaces que ni siquiera me había dado cuenta hasta que enfermé.
Lo que sentimos y lo que pensamos tiene tanta fuerza que nos moldea de una u otra manera. ¿Quien puede saber mejor que uno mismo la intensidad de sus pensamientos y emociones? ¿o el daño que un pensamiento/emoción repetido hasta la saciedad está haciendo en el cuerpo?. Lo primero que debemos mirar son nuestros pensamientos y emociones ya que determinan nuestra realidad.
Estoy creciendo desde la enfermedad, aprendiendo de ella. Es mi herramienta principal, la más valiosa, a pesar de que a veces me asuste y quiera delegar.
Creo que cada uno debe sanarse a si mismo tomando la responsabilidad sobre su vida, no importa el nombre de la dolencia, lo importante es que creas en ti, que luches por ti. Toma el espacio que necesites para mimarte, saber de ti, de tus miedos, de tus carencias, de tus capacidades, de tus dones. Escuchate, escucha lo que el cuerpo intenta decirte. Tal vez te esté diciendo que tu corazón se ha convertido en una piedra incapaz de sentir o que tu hígado no puede más porque no pudo sacar la rabia de un desamor, o quizás tus riñones no vayan bien porque el miedo los paralizó.
Detrás de tus miedos más profundos están tus mayores dones. El viaje consiste en sumergirte en la oscuridad para ir en busca de ti mism@. Nunca estarás sol@, la vida no lo permitirá y como premio descubrirás que Vivir es otra cosa muy distinta a la que creías y que tú, has descubierto otro ser muy diferente en ti, lleno de potencialidades.
Aprovecha el tiempo que te han dado para quererte un poco más. Al fin y al cabo enfermamos por eso mismo, porque no sabemos que somos eternos, ni sabemos que el amor lo llena todo, pensamos que estamos solos y aislados. Por ello, debemos aumentar el amor hacia nosotros, reírnos, disfrutar de la vida, enamorarnos.....VIVIR.

4 comentarios:

  1. La enfermedad aunque se manifiesta físicamente en el cuerpo, el origen es confuso, no se sabe si es la psique la que lo inicia todo o es el cuerpo. el soma.

    Aunque nosotros queramos cuidarnos, muchas veces no podemos hacerlo. Ya que todo está relacionado. De manera que uno ha de hacer cosas que no quiere, pero la realidad del momento se impone.

    El ambiente donde vivimos es muy importante, pues ese ambiente es inclusivo. De manera que o uno cede a las exigencias del ambiente o se queda fuera, solo, aislado.

    Pongamos el caso de alguien que participa en unas oposiciones para cubrir una plaza de profesor, y la nota que saca le corresponde ir a una gran ciudad. Sabemos que una gran ciudad es insana, con su polución, sus ruidos, con su frialdad, su peligro de los vehículos, su ansiedad y estrés, etc. Pero uno tiene que ganar dinero para poder proveerse de lo necesario para sobrevivir.

    Así que, el ambiente de una gran ciudad me puede enfermar el cuerpo, y también me puede alterar los nervios, el equilibrio mental. Y puede que enferme. Pero no puedo ceder a la enfermedad, por lo que empiezo a ir al médico que me da medicinas, que tampoco las quiero. Pero que son precisas para sanar rápidamente para volver al trabajo.

    Llegados aquí, si no hago nada puede que mi destino, la vida, consienta que la enfermedad sea suave y así voy tirando, viviendo; pero puede que la vida me mate. O puede que uno decida descartar todo, cambiar de vida, de lugar donde vive, y la vida le de otra oportunidad y le sane.

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