11 de abril de 2015

Hermosas y auténticas


Me encantan las mujeres hermosas que llevan una sonrisa por bandera y luchan por abrir sendas, caminos y autopistas para las demás. Las que apoyan y enseñan a otras sin miedo a sentirse inferiores, sin miedo a que se les quite su lugar, pues saben que el poder está en cada una de ellas. Me fascinan las mujeres que después de vivir toda una vida de alegrías y de tristezas han aprendido las lecciones de la vida y llevan cosido en su alma la sabiduría que da la experiencia bien asimilada. Me fascinan las que se levantan una y otra vez y vuelven a empezar de nuevo con los ojos fijos en sus sueños. Me gustan las que pisan fuerte y saben lo que quieren pero se acompañan de la ternura y la complicidad para ayudar a otras compañeras necesitadas. Las que te tienden una mano y tienen muchos ratos para escucharte y apoyarte. Son estrellas que van alumbrando nuestras vidas. Y las que todavía son jóvenes pero con un alma madura, muy inteligentes, comprometidas, llenas de un potencial increíble, dispuestas a cambiar este mundo tan necesitado de ellas. Y las que son silenciosas, casi siempre en la sombra pero trabajadoras y contenedoras del resto. Estoy enamorada de estas mujeres por que son hermosas y auténticas, llevan el corazón en la mano y la sonrisa en los labios. Son despertadoras, intuitivas, creativas y transformadoras. Son únicas y mágicas y su magia se extiende como miles de estrellas en la galaxia.

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