8 de agosto de 2016

Sentir de la naturaleza




Las  vacaciones nos permiten respirar a un ritmo más tranquilo y pausado que lo habitual y  relaja las tensiones que se han ido acumulando durante meses. Sin embargo, las estructuras mentales son las mismas en enero que en agosto y los miedos que dominan nuestros horizontes internos siguen  impidiendo  ver universos escondidos en el fondo de nuestras almas.  En algún momento de nuestra trayectoria  se nos olvidó respirar la magia que rodea la naturaleza y dejamos de nutrirnos de ella. Se nos olvidó mirar con los ojos del corazón la belleza oculta de los bosques, del mar y de los cielos estrellados y nos volvimos ciegos a la sutileza que alimenta nuestras entrañas. Se nos olvidó escuchar las risas de las flores, el mensaje del agua o el de los animales, y nos volvimos sordos a percibir la vida desde otro sitio que no fueran los oídos.

Aprovechemos estos días y salgamos a la naturaleza con las percepciones bien abiertas a descubrir universos que están ahí mismo esperándonos,  tan solo hace falta estar atentos y dejarnos sentir desde el corazón.

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