11 de septiembre de 2017

Septiembre


  El verano se acaba y pronto llegará el otoño. Todavía con un ritmo lento y con la relajación de la época estival a cuestas,  empezamos a desperezarnos antes de meternos en la rutina diaria. Quizás, no todos hayan tenido el tiempo necesario para ajustarse  al ritmo vertiginoso de las largas jornadas laborales, (muchas tediosas).  A estos últimos, mucho ánimo.


Agosto ha estado marcado  por dos eclipses, un de luna y otro de sol. El eclipse de luna en Acuario tocó la puerta  de nuestras viejas heridas    que “parecían” curadas y sin embargo solo se habían cerrado en falso.  Buen momento para soltar estructuras e ideas fijas que tanto daño nos hacen. Quince días más tarde, concretamente el 21 de agosto, vendría el eclipse total de sol (a 29º de Leo), que se pudo ver en América y donde la influencia ha sido más fuerte…no hay más que ver los últimos desastres de los huracanes y terremotos.

Durante unos minutos la luz dio paso a la oscuridad, haciendo emerger los miedos escondidos de todo ser vivo. La tierra  está  viva,  es conciencia manifestada que experimenta, tiene alma y evoluciona como cualquiera de nosotros. Ella sabe que es nuestro hogar y que dependemos de ella  pero tiene miedo, igual que lo tenemos cada uno de nosotros cuando no medimos las consecuencias de nuestra propia ignorancia y arrasamos con todo, como lo está haciendo ella en el Caribe.

El eclipse de sol se ha dado en Leo, por  lo tanto, el descubrir nuestro centro como seres poderosos que somos, asumiendo nuestra responsabilidad de existir y potenciar nuestro ser creativo, descubriendo  nuestros dones y talentos para   entregarlos a   la vida, son los puntos más importantes que cada un@ deberá mirar dentro de su corazón.

A las pocas  horas de producirse el eclipse, el sol entró en Virgo (estará hasta el 21 de Septiembre). Es el tiempo de los pequeños detalles, de esos momentos en los que un@ mira las pequeñeces del corazón,  del orden y de la humildad dentro de nuestra responsabilidad de existir…Es tiempo de profundizar en nuestras incoherencias, en nuestras manías, en hábitos instaurados que repetimos hasta la saciedad. Es buen momento para reflexionar y tomar conciencia de quien somos, de mejorar y pulir  la comunicación entre nuestros semejantes,  de soñar y dejar que las cosas ocurran.

Por otro lado, Mercurio  acaba de entrar en Virgo y por fin ha salido de su retrogradación, aunque todavía en periodo de sombra retoma, poco a poco, su normalidad. Esto quiere decir que necesitamos comunicarnos con nuestro lado más sombrío y ser respetuosos con nosotros mismos para serlo con los demás, en vez de reaccionar desde nuestros instintos más básicos.

Así mismo, Mercurio en Virgo nos muestra nuestro lado más práctico, comunicativo y una acusada capacidad de discernimiento, así como una tendencia a una mente más clara. Cuidado con las exageraciones analíticas, no vayamos a caer en las obsesiones…

Y para terminar,  hace unos días Marte entró, también, en Virgo. Esto es un poco más complicado porque Virgo es un signo paciente y de servicios mientras que Marte es el caballo de batalla, el guerrero que quiere conquistar pero que sin discernimiento se convierte en obcecación y dar vueltas sobre lo mismo. Esperemos que signo y planeta  nos ayuden a llevar a cabo proyectos que requieran de logística y pasión.  ¡Y que mayor proyecto que  el de Ser Conciencia Eterna!


Son cambios, grandes cambios para que esta sociedad fragmentada  y caótica pueda despertar de su letargo. El individuo y el colectivo, el efecto de uno en su comunidad y en la Humanidad.  Todo afecta a todo.

¡Que la luz guie nuestros pasos!
Mai

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