28 de agosto de 2017

Para ti mujer



En tu vientre aprendí el valor de la vida,
de tus senos bebí la luz del Ser,
en mis primeros pasos apoyé mi alma en ti,
luego vinieron tus cuidados,
tus sonrisas y también tus lágrimas,
y a través de ello me deslicé hasta mi adolescencia,
allí recogí en tus labios la belleza de mi igual.
Después compartimos la lucha por un mundo nuevo,
y la esperanza de florecer en lo diferente.
En tus caricias me sumergí en la plenitud que siempre me acompaña.
Después contigo llegaron ellos,
esos seres diminutos llenos de murmullos y sorpresas a los que llamamos hijos,
y mientras tanto en las noches y los días de  mi vida
me he ido disolviendo en el placer de tu piel y las caricias compartidas
y saborear como  mi yo se acerca al abismo del infinito.
Sin ti no soy, sin ti ni tan siquiera llego a reconocer que existo.
Sin tu libertad, la mía es humo de tristeza y desolación.
Sigo y seguiré a tu lado,
pero a ti te toca tomar el poder de la libertad en tus manos,
y reafirmar que eres, has sido y siempre serás libre.
Tuyo siempre, desde el silencio, que en mi es respeto a tus decisiones,
espero el camino de tus pasos, para acompañarte en él.
Jose Miguel Román Aguirre

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